domingo, 6 de julio de 2008

Ingríd Bethancourt escapa del realismo mágico





Ingríd Benthacourt antes que nada siempre fue una mujer de otros tiempos nacida en el lugar y sitio adecuado para poder serlo. Proveniente de las familias adineradas de Colombia, su infancia y adolescencia no fue mas que un guión escrito del cual nunca pudo escaparse hasta que se caso. Sus estudios transcurrieron en el Liceo francés, último reducto de la última dominación colonial, aquella cultural que catapulto a Francia como guía de una burguesía huérfana de madres patrias. Después de ello solo quedaba ir a Europa, sino a los Estados Unidos, los únicos destinos posibles a los hijos de toda buena familia que se precie, como siempre ultima posibilidad para la habitual costumbre criolla del blanqueo de sangre india o negra. A Ingrid le toco Francia, casualmente, por su padre estar por esos lados, allí ella como muchos latinoamericanos descubriría a la Europa de los cuentos, la grandiosidad, y para los adinerados, como para los inmigrantes en patera, de los sueños.


En Francia, conocería a quien sería su primer marido, padre de sus hijos y liberador de una vida marcada por su condicion de niña de buena familia. Detrás quedaría el país el de los caprichos, incluido el de ser reina de belleza cuando no era una beldad. Delante una Francia que nunca le ofrecería la posibilidad de tener el estatus social de Colombia. En territorio francés era una mas, por mucho dinero que tuviera, había cientos de miles con mas dinero que ella, la oirían y serían sus amigos, pero nunca la tomarían por guía, a lo sumo valorarían que era exótica. Demasiado para quien, como se dijo, fue reina sin haberlo merecido. Y punto difícil de entender para quienes no conozcan el tercer Mundo. En una ocasión de viaje por uno de esos lados, haciendo autostop me recogió alguien que me empezó a hablar de Europa, y sus diversas viviendas sitas en las mejoreen direcciones de dos o tres capitales. Yo un poco sorprendido le pregunte entonces, por qué él no prefería vivir allí donde seguro estaría más cómodo y había más orden, a lo que contestó de forma espléndida: Aquí puedo hacer lo que me da la gana. Ingríd, de seguro también.


El regreso a Colombia para ella fue desde luego fácil, quedando lo liberardor como un lastre: un marido quien de seguro no pudo entender realmente el deseo de su exmujer, porque nunca habría hecho autostop. A ella le costo poco ser aceptada en uno de los dos partidos representativos de la oligarquía colombiana cuando alli la politica a gran escala es cuestión de amigos y conocidos. Desde ese punto empezaría su periplo, donde ella para destacar escogió el camino de combatir la corrupción, crimen espantoso para quien nunca necesito hacer negocios para prosperar, bien sabia que para salir adelante en la vida con nacer en el sitio adecuado y casarse, ya bastaba.


Una mujer enfrentada al sistema proviniendo del mismo sistema, fue algo para lo cual los colombianos no estaban preparados. Menos aun cuando Ingrid a la corrupción le agrego la pijada europea del ecologismo a una zona del Mundo donde el cuidado del medioambiente es desconocida por haber monte por todas partes; uno encima tan exuberante que aparecía por todas partes, y ni los autobuses se salvaban de tener su respectivo biotopo. Con esas ideas tan extrañas fue no obstante escalando posiciones hasta que quien había sido casi todo lo que se consideraba respetable, madre incluida, descubrio le faltaba aun dedicarse a la escritura, ser artista. La aparición de su libro comprometedor sobre el tinglado colombiano fue un antes y después, siendo el remate publicarlo en el extranjero. En francés por supuesto. Las ansias del criollo por regresar a Europa triunfante y con honores, la revancha del lograr el reconocimiento que no le dieron en su momento pudo con ella, sin saber que al final lo lograría, solo que no en ese momento, ni como se imaginaba entonces.


Después del libro, que se vendió bien en Francia pero entendió mal en Colombia. La carrera política de Ingríd dejo de ser meteórica. Y a pesar ella se esforzó en lo contrario nada funcionaba. Ni siquiera aquel encuentro para la posteridad del humor negro, cuando ella imrrupió en unas conversaciones de paz con los guerrilleros, repartiendo folletos ecológicos los sonrientes subversivos, tan simpaticos ellos. Esencia humana que capto de inmediato Ingríd para aprovechar la ocasion, y criticarles delante en forma publica y directa, exigiendo no volvieran a secuestrar a nadie.....


La hora de ajustar cuentas, o respuesta, llegaría por medio de un quijotesco viaje de la mujer, quien desoyendo todas las advertencias posibles, se embarco en un viaje por tierra, donde tuvo dos oportunidades de evitar la desgracia por medio de dos controles militares. Pero ella desoyo consejos o avisos. Para quien siempre había vivido desde las alturas, ni nunca conocido penurias mas que por los cuentos de Dickens, o estaba acostumbrada a tratar con un pueblo tan obediente como respetuoso a la gran señora que era, a ella no la iba a parar el primer hijo de la panadera. Ingrid daba por descontado que en el momento se encontrara con un guerrillero, no es que le iba a pedir permiso para seguir adelante, le iba a montar un buen Cristo, con lo cual encima ademas del guerrillero verse obligado a franquearle el paso y pedirle disculpas, todavía la iba a oír cantarles ciertas verdades tanto para él como para sus jefes. Pero no, la situación fue otra completamente diferente....





Cuando Ingrid entendió la realidad, otro viaje muy diferente a su ida de Francia comenzo. Uno que nunca había leído en ningún libro, pero de seguro ella escribirá omitiendo muchas partes comprometedoras, y olvidando tanta flaqueza y cesión producto de su indefension. La niña rica de toda la vida, iba a conocer de primera mano como viven millones de colombianos, sin agua corriente ni luz, ni comida todos los días sobre la mesa; iba a experimentar en su propia carne la explotación con la cual se hizo millonaria su familia en algun momento de la historia, se convirtieía en un ser anónimo donde no valía nada el conocer a no se quien, ni que mi antepasado o ascendiente hizo esto u lo otro. Por no valer nada, ni siquiera valdría su estancia en Francia, o sus conocimientos de idiomas. La divertida vida de una hedonista, chica traviesa que hacia lo que le daba la gana, con la valentía para decirle a cualquiera lo que pensara, a quien nadie la hacia callar, de improviso pasaría a la una esclava, la cual por no tenia siquiera derecho a disponer de su propia vida. Ahora quienes mandaban eran los del pueblo, ese que ella siempre quiso defender sin haber conocido que una de sus obligaciones en Colombia, es el saber callar.


Los guerrilleros por su parte dejarían de tener para ella esa visión épica y gloriosa de luchadores por una sociedad mejor para mostrar su verdadera cara. Pobre gente condenada a vagar por la selva comiendo monos los domingos, y culebra o gusanos los días de la semana, perderían el todo halito romantico al desnudar el embrutecimiento de su existencia. Ignorantes del mundo exterior, almas embrutecidas dispuestos a matar pero no vivir , tenían poco interes por los demas, aprender o sentir, por ser lo mas importante para ellos, el poder sobrevivir. La hostilidad de la selva junto al peligro costante y la muerte siempre presente, habia deformado a personas movidas por pagas y miedos en lugar de ideales. Los guerrilleros no eran buscadores de la verdad, tampoco buscaban sociedades justas ni siquiera entre ellos, unicamente hacer lo que siempre habian vivir en medio de la injusticia, solo que en lo que se pudiera, la originada por ellos. Con gente de esta clase, desde luego no era posible hablar del tiempo perdido de Proust por evocador que fuera el titulo de la obra, ni mucho menos decirles nada en francés porque mas de uno no sabría siquiera donde esta sita Francia. Esclavos como los propios secuestrados pero sin que la imaginacion les permitiera descubrirlo, los guerrilleros no dudaban en encadenar a los cautivos peor que muchos perros a una caseta,. Ni tampoco construir cajas de madera de pequeñas dimensiones para encerrar allí a los prisioneros. Quien protestara seguro recibía una paliza, las vejaciones eran moneda corriente, no había respeto alguno que no fuera a los mandos y la fuerza. Todos se vigiliban, e incluso los mismos guerrilleros podian conocer las cadenas o ser asesinados por ellos mismos. En medio de ese ambiente, no obstante algo humano pervivia. De ello sabe bien la compañera de infortunios de Ingrid, quien regreso de ese infierno con un hijo producto de una noche en la cual hubo un bombardeo ¿Con la cercanía de la muerte la mujer y el guerrillero, quien presuntamente se llamaba Rigo, no quisieron morir sin echar un polvo? ¿Estaría esa mujer virgen, lo cual es posible por la cara que tenia, y a su vez no quería morirse sin saber lo que era el sexo? ¿Hubo amor en medio de la floresta, poesia entre cadenas? Quién sabrá que será ya cierto o mentira. Porque en medio de la selva como entre cuatro paredes la mayoría de cosas que en esos lugares suceden, allí se quedan.


Las intenciones de la guerrilla con Ingrid cambiaron con el tiempo. Es de suponer al principio se contaría con un rescate, pero el desenvolvimiento de los hechos a la par del paso de los años, fue cambiando planes y realidades. En las primeras fotos del primer video, Ingrid se veía fuerte con su amiga Clara bastante apesumbrada, de suponer porque aun no habría bombardeo. Es posible fuera por las cámaras que la recordaron su pasado de fenomeno mediatico, se veía entera. Pero los sucesivos intentos de fuga, la hicieron ganarse las cadenas al cuello de día, y alrededor de una hamaca de noche. Luego le enseñaron que nada era suyo, que la propiedad privada no existía, que el mas fuerte era quien tenia un arma no dinero en el banco; que por muy bien que hablara o tuviera razón, no servia de mucho cuando se era debil. Su amiga Clara seria separada de su lado, y con la ida de ella se quedaría sola, sin gente como bien dijo Ingrid, “con afinidad”. Pero eso no seria lo peor, su incapacidad para el trato con criaturas tan simples como las que la rodeaban, fueran guerrilleros o prisioneros, todos provenientes de ese pueblo que juraba defender, la llevaría a deducir por elevación que esa soledad de ahora, era la de siempre, solo que antes no se daba cuenta. Que lo sucedido, sus idas y venidas, a traves de los mares, el nuevo matrimonio, todo, no eran mas que huidas a la verdadera confrontación, el descubrir que siempre había vivido con miedo a quedar sola con ella misma, y por eso siempre había buscado a los demas, no porque verdaderamente les quisiera ayudar...





Mientras, en paralelo a las revelaciones místicas que sufría Ingrid, otras fuerzas producto de los lazos fraternales de la burguesía se activaban. Tal como se contó en “Ingrid Betancourt, historia de corazón o razón de Estado” de Jacques Thomet, Villepin había sido amigo de la colombiana mientras ella hacia estudios en Francia, la hermana de ella tambien tuvo estrecha relación con el embajador de Francia en Colombia, demasiado para que Francia no tomara cartas en el asunto a favor de Ingrid, a pesar Ingrid lo fuera por matrimonio, o aun hubiera otra secuestrada franco-colombiana por quien Francia no hacía el mismo esfuerzo. El mundo de las injusticias de siempre, paralelo al selvatico tambien se movia pero en sentido contrario, su mejor muestra fue un intento militar desproporcionado, aunque encomiable, de los franceses para salvar a Ingríd, por mucho esta fuera secuestrada siendo colombiana, en funciones de colombiana y para mas Inri apresada por su propio capricho, el sindicato inoficial de los millornarios trataba de defender a sus afiliados que nunca pagan cuota sindical. Hechos que si algún efecto consiguieron fue hacaer conscientes a la FARC de que Ingrid mas que un rehén era un tesoro, una obra de arte de valor incalculable por la cual se podía conseguir casi cualquier precio. Inclusive apoyo diplomático, y un nuevo rehen, el gobierno frances.


Ingrid intuia lo anterior, motivo por el cual sus cadenas conmezaron a pesar mas de la cuenta. En un momento de la liberación dijo una frase lapidaria “Siempre trate de no olvidar quien era”. No obstante, los largos días con sus diarias vejaciones sumados a razón de siete hacían una semana, estas a su vez en determinada proporción hicieron meses, y estos de repente se convertieron en años, se contaran en francés o español. Siempre lo mismo, hasta que ella decidio un dia dejar de contar.


Y es posible hubiera muerto, presa de enfermedades imaginarias como se ha visto que no tenia. Pero en el peor de los momentos, uno de los prisioneros, un “zambo” por quien ella nunca hubiera sentido atracción ni le hubiera prestado atención, uno de tantos que hay a millones en esa Colombia que ella creía conocer tan bien, pero aprendio a descubrir sin vivir en ella ni leer libros en Paris. Un soldado de tantos embrutecido la salvo obligándola a comer, cargando sus pertenencías, dándole cuidados médicos, y sobre todo paciencia. Ella por su parte llego al fin del periplo, y obtuvo la verdadera salvación, entendió por fin, que la vida no es cuestión de elites ni solo de conversaciones profundas con charlatanes bien parecidos, sino también tiene que ver con cualquier ser humano libre de esa maldad con la cual se nutren ejércitos, sean estos patrióticos soldados o equivocadamente supuestos heroicos guerrilleros, cuando no lobos con pieles de cordero. Ingrid volvió a comer, y a hablar con los demás. Es hasta posible también llegara a mas, porque la soledad y el contacto continuo con alguien hace olvidar todo prejuicio o gusto, como proclive a sastifacer o ser sastifecho en largas horas de aburrimiento y ocio, donde si algo falta es cariño. Pero que importancia tiene cuando es posible en medio de esa selva donde los gritos se pierden, siempre cabra la posibilidad hubieran existido cosas peores. forzadas por guerrilleros llenos de rencor y odio. Lo importante es que ella, desde ese momento que acepto tener un amigo dejo de sentirse sola, pudo vencer parte de esa mentira con que estamos criados todos, y en medio de la nada sin tener nada, volvió a ser ella. Pero una mujer muy diferente, de aquellas que el sufrir da lecciones, y el no tener nada, enseña a amar el casi nada.


Posteriormente a la elevación y transcendencia personal, llegaría el rescate, historia más que trillada, pero con un par de puntos clave oscuros. El carcelero fue reducido, e Ingrid lo bendijo, no lo vio ella ni ninguno de los secuestrados. Hecho demasiado sospechoso en un helicóptero que no era precisamente un Jumbo 747. Por no hablar de la rocambolesca historia de helicópteros aterrizando en plantaciones de coca en medio de la selva, y guerrilleros en formación en medio de las plantas. La mujer del carcelero había sido apresada un poco antes de la liberación, despues de esta fue descubierto un arsenal que mas seguramente fue un soplo, quizas incluso un negocio donde las partes se repartiran el beneficio de un material con alto valor en el mercado de las armas y explosivos. Y lo mejor de todo, es que el ejército colombiano no es precisamente las hermanitas de la caridad, pero en esta ocasion no se preocuparon en masacrar a los guerrilleros que quedaron en un territorio fácil de cercar. La historia no tiene pies ni cabeza, especialmente cuando es fácil de comprender que el carcelero estuviera cansado de vivir como un animal en medio de la jungla, acosado por derrotas de su organizacion y sin mas futuro que seguir en la selva, luchando en una organización guerrillera que es una mafia, con mandos que dejaron hace mucho de luchar por pueblo para esclavizar a este en las plantaciones de coca. Las imágenes del carcelero con los ojos amoratados en comparación a su segundo al mando en perfectas condiciones, no dejan de alimentar suspicacias, al igual la posible extradición del comandante a un EEUU donde será fácil perderle el rastro, un destino mucho mas seguro que vivir con el miedo a ser asesinado por subalternos o el ejercito colombiano. Aunque en todo caso, fuera engaño o compra, nadie puede dejar de alegrarse por la liberación de seres humanos tratados como animales. El resto sobra.





Ingrid, ahora esta libre, parece está en Francia, en su verdadero país por mucho que gritara a los cuatro vientos se sentía orgullosa de ser colombiana. Ella sabe que allí puede andar segura, comer bien, ir a esos teatros con los cuales soñó y llego a pensar no volvería a ver. Con ella, su marido que no hacia poco decía en una entrevista que seria difícil volver a vivir con una persona después de tantos años, un extraño en estos momentos. Y no porque le falte “afinidad” con Ingrid, es porque ella ya no es la chica pija de antes, por ironías de la vida, ahora él pertenece a otro Mundo muy diferente al que ella vive. Hoy en día acercarse a Ingrid no será tan fácil como con muchas mujeres, a las cuales basta contarle unas cuantas batallitas o experiencias para impresionarla, porque Ingrid tiene las suyas propias, soporta el silencio y soledad que antes le eran insoportables. Sus vivencias son ahora de esas en las cuales hay vida, muerte, dolor, lagrimas, y miseria en todo su esplendor, tanto humana como social. Las experiencias de esta mujer van mas allá de la jungla, tienen que ver con el trato humano, la servilidad y el dominio, la prisión, la anulación y conocer la otra cara de la moneda obligada. A mujeres de esta clase, no se puede seducir con palabras vacías ni chistes banales, ni hombres jugando a ser machotes. El publicista que se unio a ella pretendiendo un braguetazo seguramente intentara retenerla por lo valiosa que es esta mujer para toda fiesta y acto social., usara el chantaje, jurara como sufrio esos años durmiendo sobre buenas camas y comiendo de forma excelsa tal es su condicion de burgues. Al igual su exmarido puede ser que tenga las mismas ideas, pero con mas merito por aparte de presionar como debía a las amistades francesas tambien se ocupo de criar a sus hijos. Pero Ingrid debe tener un gran dilema interior, porque ante estos dos hombres que amo, y seguramente llego a admirar, porque no le será fácil olvidar que un simple zambo a fue quien le salvo la vida en lugar de este par de prohombres, y quizas llego a conocerla mejor que los otros dos por ser testigo de sus verdaderas debilidades, mientras los otros dos si vieron estas fue siempre en medio del baile de disfraces que habia sido su vida antes de conocer el secuestro. Por tanto, el tiempo de las rupturas llegara inevitablemente. Y es de esperar los tres hombres se queden atrás perdidos en los recuerdos, porque si ella no murió, deberán morir ellos. Ya no moraleja de esa historia, sino ley de cualquier mujer que se precie.


El infierno solo existe para quienes no quieran verlo.