sábado, 1 de marzo de 2008

Conejos, ratones y abejas en la Palestina de Hamas



Pues sí, esto es programación para niños, y lo demás historias de cuna. Pero antes de profundizar en el conejito, conozcamos primero a la familia...





Este ratón tiene entre tanto porque sentirse orgulloso, ser el primero de la progenie de Paletidisney, alguna lumbrera de Hamas seguro lectora de la granja de Orwell se inspiraría en la trama donde los animales se rebelan ante la injusticia, guardándose los cerdos de educar a los rebeldes, para que al final todos terminaran convertidos en cerdos. Y aquí hago una salvedad, porque como sabemos el Islam prohíbe comer cerdo, por lo cual en esta historia no puede haberlos; además se trata de niños, a los cuales el ratón no solo ayuda en el uso del fusil AK 47, o promueve el martirio y la guerra; sino también ayuda a que los pequeños entiendan que no se debe hablar ingles sino árabe por ser este idioma la base de todas las civilizaciones...




Debido a alguna causa indeterminada difícil de averiguar, el ratón no duro mucho en pantalla, aparte su ida intempestiva podía seguramente causar algún trauma en las mentes infantiles. Entonces a alguien se le ocurrió que el ratón muriera a manos de esbirros israelíes...



La búsqueda del reemplazo en el reino animal parece que fue muy ardua, no encontrándose nada mejor que una abeja, la cual llego colgada de un mecate al mejor estilo de las películas serie B de Ed Wood. Solo que el animal, a pesar seguir con las proclamas y poner a cantar contra los israelíes a los niños que llamaran por teléfono, le dio por aparecer en un Zoo torturando gatos así como apedreando leones enjaulados, para demostrarle a los niños lo que no se debía hacer...



Por descontado las protestas de los defensores de animales de la EU, exigieron la desaparición de la abeja, no quedando más remedio que matar otra vez al personaje. Solo que en esta ocasión se opto por muerte en cama al igual que muchos niños palestinos por no poder ser llevados a Egipto. Luego, apareció el conejo quien parece era emigrante. Y bueno, su entrada en escena no tiene desperdicio.



Yo como muchos, no puedo si no condenar el bloqueo a que esta sometido Palestina. Y sin cortapisa alguna. Pero cuando me encuentro con casos como el anterior, solo me pregunto quienes son estos elementos de Hamas, al igual veo en toda su plenitud el odio en ellos. Hablamos de libertad para Palestina, deseamos que por fin ese pueblo deje de tener un país imaginario, pero...¿para entregárselos a estos que no tienen el mínimo remordimiento por quitarle la infancia a los niños con la miseria de los adultos? Lo siento, en mi caso no. No puedo estar de acuerdo con quienes usan el odio y el rencor, menos aun en la única edad que tenemos todos para poder ser por lo menos una vez en la vida inocentes. Y menos aun después de ver al conejo avisando volverán al Al Andalus exactamente como hace Al Qaeda...




Que va, prefiero ir en contra de lo políticamente correcto a quedarme impavido ante esta bajeza, que ya está bien de tanto rollo si los culpables son los americanos, judios y hasta los del Al Andalus, que se preocupen porque haya democracia en sus paises, que es su verdadero problema. Y si quieren ayuda, por supuesto que se les de, pero sobre la base que somos iguales y no diferentes porque ellos tenga otra religión. Así de claro.

viernes, 29 de febrero de 2008

La liberacion del perverso Bryan Hathaway



A causa de este elemento hay una campaña en el ciberespacio pidiendo clemencia o libertad por él. Su delito, el haber pasado en bicicleta por un lugar donde había un ciervo muerto, bajarse de inmediato y aprovechar la ocasión para follarse al cadáver. Caso que se considero muy grave al estar ya Bryan Hathaway metido en problemas similares con un caballo, solo que esa ocasión no se había encontrado al animal sino que lo mato y espero se enfriara; es decir, Bryan es reincidente.

Yo la verdad, no se que pensar ni si debo firmar en su petición. Por un lado hay cantidad de personas que se compran animales vivos para matarles y posteriormente comérselos, con lo cual aquí se podría estar ante alguien que aparte de alimentarse practica sexo con el cadáver. Pero por otra parte estoy bastante claro que el chaval es sin duda perverso, encima doble porque aparte de la zoofilia también le mete a la necrofilia; además que pasaría si yo voy con el coche por una carretera para de repente darme de bruces con alguien tirándose una vaca o lagartija muerta, supongo tendría en ese supuesto un accidente vial, sino me vuelvo majara al regresar a comprobar lo que vi y no encontrar a nadie, ya que si no leo esto nunca hubiera creído lo que pudiera haber visto.



Este Bryan me causa un gran dilema moral, y eso que me creo tolerante, incapaz de quedarme estupefacto ante lo que encuentre en esta caminata que es mi vida. En ocasiones pienso habría que castrarlo, otras que mis prejuicios provienen porque amo a los animales pero claro, a los vivos, entonces en que me afecta estén muertos; no quedándome mas camino entonces que pensar (para no avergonzarme de caer en moralismos) que lo hecho por él es completamente normal. Esto no puede ser posible, ni menos aun se le quiera condenar a este chaval a dos años de prisión con tanto asesino y ladrón por ahí suelto en Wisconcin, patria del insigne. Porque esto pasa en los USA, dónde si no podía aparecer una aberración tan actual. El consumismo, la onda conservadora, el capitalismo, Bush, quien sabrá ya cual de tantas causas puede ser el detonante de llevar a la gente a bajarse de bicicletas para tirarse un ciervo sensualmente muerto al lado de la carretera. De aquí a la transformación de alguna carnicería en burdel, seguro que es cuestión de días o meses.

Esta historia en todo caso me recuerda un cuento de Paúl Bowles donde un italiano recorría cantidad de países debido a su hábito de beber sangre. Pero no debido al vampirismo ni a ninguna arte oscura, simplemente poniendo anuncios en la prensa para comprar el dicho liquido de forma honrada, luego colocaba la bebida en la nevera, y a beberlo tranquilamente en el transcurso del día. Al poco aparecían las autoridades del país respectivo porque un extranjero venía allí a beberse la sangre del pueblo. La metáfora a veces vence la realidad, por increíble que parezca.

En fin, yo sigo igual de confundido, pero quienes lo tengan más claro que yo, y quieran ayudar a la libertad de este chaval que se se pinche aquí. La verdad no he perdido mucho tiempo con ese link o profundizar en el caso, desconozco si la iniciativa envuelve algún tratamiento, o si Bryan Hathaway está en tratos con alguna productora de cine para llevar su vida al cine. Lo que importa ahora es que a Hathaway no se le ocurra estudiar Veterinaría...


Amanda Lepore la pone




Labios de solomillo pintados de oro rojo, con una lengua desconocedora de toda vergüenza, unas de tantas partes ensambladas en ese cuerpo que siempre será un sueño sin finalizar, y es un caso único de una mujer menos natural que una muñeca que la reproduce. El nombre de ahora, Amanda Lepone, una frágil referencia de tantas que se pueden cambiar a capricho, no representa una simple historia; sino todo lo contrario. La de quien por resistirse al destino prefirió dejar todo lo que hiciera falta detrás de el(la). Incluso hasta a su alma, caso el cirujano la encontrara.

Según los anales subterráneos del ciberespacio, sus progenitores eran gente tan corriente que al no tener nada de relevancia ni morbo son descritos según su origen, amen una pequeña mención extra a la madre por ser esquizofrenia. Aparte que el papel de ellos en esta Historia tampoco es muy relevante, apenas de apoyo logístico. Amand, que es como nació de niño a los once años viendo televisión se le ocurrió que debía cambiar de sexo. Pero mientras llegaba ese cambio lo hizo con las ropas, lo cual le causo problemas en el colegio, no quedándole mas recursos que el de educarse con tutor. Un poco mas adelante conocería a un transexual que le suministraría hormonas, luego a un cirujano con quien mantendría una relación y este, no sé si como prueba de amor o en el día de San Valentín, le haría su primera operación. Entre todo ello un siquiatra dictamino que Amand era transexual y sus padres pudieron comprar las hormonas legalmente para el niño. Y de esa manera, un buen día pudo finalmente convertirse en ella, ya en medio con un librero con el cual terminaría casándose. Solo que el librero se parecía mucho al marido de Audrey Hepburn en desayuno con diamantes, no la entendía, no era para ella, ni tampoco se la merecía. No quedándole, a Amanda mas remedio que huir como en la película para de esa forma por fin, después de tantos años, poder se ella.

De ahí hasta ahora, el triunfo de la modelo, cabaretista, musa, actriz y dominatrix hay mucha tela para cortar, demasiado material para que alguna vez se publique en un libro de confesiones. Especialmente cuando si esta obra llegara a la luz exigiría que se publicara con silicona y sangre, algo a lo que por ahora la tecnología no ayuda. Amanda no seria lo que es sin sus innumerables operaciones, ni quienes la siguen y persiguen no sentirían lo que sienten por ella quitando esa cortina de carne con la cual se tapan sus pensamientos. Que nadie espere una frase brillante, un alarido en lugar de un gemido. Lo suyo es para la vista, sino la penetración pero a profundidades muy humanas nunca a lo insondable. No por lo menos, a aquello por quienes no saben por que viven o sienten. Con subir unas escaleras, ponerse de espaldas, agacharse a recoger una moneda mostrando el escote, Amanda ya lo dice todo: es lo que buscan todos, y yo lo tengo, quien no lo tenga, pues que se opere. El Mundo no necesita artistas para hacer feliz a la gente, necesita cirujanos. Pensaría uno, pero no. Tampoco hay que exagerar.

Una de las personas más importantes en su vida, ha sido un artista de la fotografía, la verdad un genio: David LaChapelle, quien siempre la ha reconocido como su musa.





Junto con él hay también una fauna creativa de cuidado, desde diseñadores de moda hasta bailarines, cinematógrafos y cantantes. Amanda, tiene su parte oscura, solo que como ella de por sí es siniestra sus oscuridades tienen que ver con el Arte. Solo que en Europa no tiene el reconocimiento de icono como en los USA; ni siquiera en esta España de Armanda Lear o Bibi Andersen. Quizás, porque Amanda a pesar desde temprana edad quiso operarse pero jamás ser mujer, por tanto ella no oculta que es transexual, todo lo contrario. Y ahí, de seguro, es donde tiene su verdadera hermosura.