viernes, 22 de febrero de 2008

Monjas mojadas



Las monjas no son lo que eran, no pueden serlo cuando los tiempos son otros. Hoy los manicomios y sanatorios ofrecen una mejor posibilidad a las familias que deseen liberarse de hijas molestas; e incluso casarlas si fueran horrorosas para lo cual basta cambiarse a la religión musulmana ponerles un velo y hablar con alguien en una mezquita, el resto es pura carpintería. No obstante el movimiento perdura, y a pesar de su inmovilismo se trata de adaptar a nuestro tiempo.

Extrapolar la conducta del individuo a un grupo es errado porque como en todas partes donde existan muchos seres humanos hay de todo. Entre las monjas hay seguramente cantidades ingentes de personas con buenos sentimientos como también hipócritas y enfermos. Yo mismo, hace años antes de estar atrapado donde estoy, se puede decir, casi tuve la oportunidad de tener una experiencia con uno de estas criaturas en Barajas. Una monja que cambiaba el país debido a ordenes de su congregación, y necesitaba una información; eligiendome justo a mí para ello entre tanta gente allí; deferencia que de inmediato supe valorar, invitándola a desayunar. Sin esfuerzo alguno puedo aun recordar la descripción de su labor en Bolivia. Me lo contó entre medias sonrisas mientras comía un croissant que prácticamente la obligue a tomar, pues ella decía que estaba acostumbrada a comer poco, mostrando de esa forma una frugalidad y austeridad de admirar a la vez que me soltaba la necesidad continua de dinero que sufría. Perfectamente comprensible, especialmente cuando los dos estábamos a la espera de diversos vuelos que salían en horas. Solo que cuando le propuse darle una donación a cambio de una felacion en los servicios. Ahí se cayeron las mascaras, pero no como supongo pensaran los lectores porque la monja aceptara llegar con dinero fresco a donde la esperaban. Ella sin el menor sentido de responsabilidad se marcho sin dar ni siquiera gracias por el desayuno. Y de paso dejo comprobado que las historias de lesbianismo en los conventos tenían bastante base.


Pero hoy en día no solo hay lesbianismo en los conventos, una asociación de homosexuales masculinos llamada "Las hermanas de la Indulgencia Perpetua" con base en los USA es operativa desde los años 80. La orden es bastante activa con respecto al SIDA, enfermedad donde no solo han hecho labor social sino especialmente en la recaudación de fondos. Una bocanada de aire fresco sin lugar a dudas para el Vaticano (no descarto beatifiquen algún día al fundador, perdón, fundadora), como seguramente aquí estamos ante una nueva forma de reparar el daño que se les ha hecho a las monjas por parte de los hombres del clero.

El informe O´donohue deja claro como infinidad de monjas son victimas de abusos sexuales, por parte de sacerdotes, especialmente en África. Situación bastante espinosa porque una monja al tener un hijo es obligada a dejar el convento, a ir a la calle, quedar sin renumeración alguna, ni los Estados tener políticas de reinserción para estos casos. Y allí el mayor problema que se presentan con estas ordenes de mujeres sin libertad sindical, apartadas del salario mínimo y no contribuyentes de la Seguridad Social.

¿Que pasará detrás de los gruesos muros de los conventos? Especialmente cuando una monja no es “obediente”, dice que es acosada sexualmente pero nadie le hace caso, cuando se es vieja y no podrá abandonar aquella “celda” sin televisor; Rosario y oración todo el día, que divertido, y día tras día. No habrá prensa, no habrá tecnología, ni siquiera para estar al día en los nuevos modelos de consoladores ¿Es eso vida? Mejor aun ¿Ese es el premio por amar a Dios, pagando como precio el alejarse de nosotros los seres humanos que a fin de cuenta somos quienes te damos la electricidad o compramos la mermelada de rábano correspondiente para así mantener tal status quo? Esto no puede ser verdad, no en pleno siglo XXI, ni en la España donde de los beneficios sociales. Pero si llena de gente a clamar porque la de más allí lleva velo, o el esposo no la deja salir de casa. Como estamos de ciegos. Especialmente aquella monja de Barajas, a quien le ofrecí la oportunidad para por un momento dejar de ser una monja de mentira para ser de verdad una...

Pues nada, evidentemente muchas de ellas se merecen ser lo que son. Allá ellas.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Falso las monjas siempre han sido lo que son mujeres en todo el sentido de la palabra dejemos de macartizar con cosas que no nos deben importar, ellas con sus cosas y nosotros con las nuestras, son seres humanos que merecen respeto, ¿Porque Cree Ud que el sexo es un mal sentimiento o un mal deseo, coño no me diga que Ud no siente nada? atrevido, que tiene de malo que se besen dos monjitas sería cochino que tu estuvieras besando a tu amigo, que por lo que veo es bien depravado y morboso