viernes, 22 de febrero de 2008

Pricaso el pintor del Pene





Yo ya había oído historias de alguno que usaba el pene para tocar la batería, como también tenía noticias de los pianistas del video anterior. En un caso creí entender se hacia para presumir de la potencia de erección como a la larga librarse del bendito pene; y en otro nunca espere los gemelos llegaran a componer alguna partitura nueva, sino mas bien terminaran en algún circo de tournée por los sexshop o cabarets del ramo. Pero ahora con Pricaso (ojo al parche con el nombre, que se ve este es creativo de por sí) se me han roto los esquemas, porque lo de ya no es exhibicionismo o circo, se postula para un premio de cierto renombre.





El arte es comunicación, y el resto es artesanía. Y ahí el primer punto interesante en esta historia, aparte de pintar con el glande (evitando con esta palabra, decir la punta de la polla) si este hombre llega a ganar un premio reconocido apenas pintando retratos equiparables, sino de menor calidad técnica, a muchos pintores de las principales plazas de las grandes ciudades, ¿Qué pasara si gana el premio? No, mejor, pensemos que pasaría si ya no es que gane un premio, simplemente es un desconocido, apenas un artista de tantos que solo busca expresarse. Abandonemos este mundo de lo real, para delirar un poco.

Situación uno: Tengo un hijo (que aun no tengo), lo inscribo en una academia de pintura, y me regresa a la casa diciendo que el primer día (lo de que estén desnudos no pasa nada) le ponen a pintar cuadros con la polla.

Situación dos: Contrato un retratista para que haga un cuadro familiar junto a mis padres. El hombre llega, nos pone en posición, coloca el caballete, el lienzo, se desviste y nos empieza a pintar con el pene. Para rematar en una de esas, le gusta mi hermana y se le escapa una eyaculación.

Situación tres: Le quiero regalar un cuadro a mi pareja, ella va con el artista, trae un cuadro y me cuenta como la retrataron.

Situación cuatro: No mando a mi pareja sino mi abuela, esta muere en el taller de un infarto, y me cuentan en el tanatorio como le dio el ataque.

Situación cinco: No tengo abuela, pero pudiera tener suegra (que ya no tengo) y la envió al taller, pero a esta no le da un infarto sino que se enrolla con el pintor. Echan a mi suegro de casa y se viene a vivir con nosotros.

Etc, etc, etc...

Moraleja: A este tipo no había que darle ningún premio sino hostiarlo.

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